Porqué el sexo no es como lo muestra el porno

¿Quién no ha visto una película porno? En especial ahora que el mercado sexual se ha popularizado con la llegada de Internet. Antes debías ocultar las playboy, ver con volumen bajo la Serie Rosa o La Perricholi (bendita Mónica Sánchez por esos desnudos durante el inicio de mi adolescencia). Ahora tienes acceso en cualquier momento del día.

Esa facilidad nos impone revisar la pornografía, en la que encontramos ciertas conductas típicas: Todo se ve tan fácil, los participantes nunca se reprimen o dicen no. Un momento eran castos/vírgenes al siguiente experimentados amantes realizando las poses más extravagantes del Kamasutra sin dificultad alguna.

Él lo hace veinte veces o más terminando, a la hora precisa, en su boca o cara, obligado. Ella en su vida pone cara de asco o escupe, por el contrario parece una aspiradora. Sin olvidar que él será un modelo lleno de esteroides y su compañera tendrá pechos del tamaño de una pelota de básquet, por lo regular producto del bisturí.

Dos personas recién se conocen, al minuto están quitándose la ropa. Jamás utilizan condón, seguro desconocen las enfermedades de transmisión sexual o la planificación familiar. Otro de los tópicos, los tríos, no son ningún problema. Imagínense hay quienes con suerte satisfacen a una sola pareja…

Pero ¿por qué es tan popular el porno? En él no existen imposibles, la fantasía y el erotismo van de la mano, presentando diversos géneros, para toda clase de público. Siempre es menos complicado observar a unos desconocidos que arriesgar nuestras propias emociones.

La verdad es que todo se ve tan fácil porque no es tan bueno como lo real. Así tome algo de tiempo-práctica, una vez logren vencer sus miedos y comprendan el truco podrán sentirse en el cielo. Lo importante es la comunicación, explorar, relajarse y seguir intentando.

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Primera imagen encontrada en Atención Viandante.

Segunda imagen tomada del blog Oscar y Bill Gates de Andrés Edery.